Tuviste suerte cuando te dejó caer la cigüeña en un hogar, llamémosle tradicional. Has gozado de una existencia sin sobresaltos, libre de estridencias. Te han enseñado corrección en tu aspecto y en el trato hacia los demás, te han acompañado en los estudios, han aumentado tu percepción en humanidades, arte, medio ambiente, etc., sólo sugeridos por la enseñanza oficial.
Entonces, ¿qué haces vistiendo esos harapos que ocultaste en la mochila, al llegar a la fiesta?.
¿Te manda los compis tomar substancias que sabes te van a sentar mal?.
Mejor revienta el casco de litrona contra algún equipamiento urbano. Porque si en un desvarío lo depositas en el contenedor verde, igual te echan del grupo.
¿Qué diría la profesora de piano si te viera bailando espasmódicamente al cansino chumba-chumba de una caja de ritmos electrónica?.
Evidentemente estás mimetizado con la peña. No sobresale tu personalidad por ningún lado. ¿Es esa tu aspiración?.
Mira a ese otro capullo.
Nadie lleva una corbata lisa. Ni con el nudo tan chico, y mucho menos quilométrica.
Pero a él le da la gana vestir así. Se siente bien, que es lo importante, y se pasa las modas por el forro.
LO APLAUDO.