martes, septiembre 14, 2010

Edad, Viagra, confianzas....


Mira que cabellera tengo.
Tupida como la de un perro.
(Recuerdo de cuando era un crío, la tortura a que me sometían mi abuelo y mi madre, peluqueros ambos, cuando me lavaban la cabeza, friccionándomela con demasiado vigor; luego, también he adoptado esa costumbre y, al arrancar todos los folículos que no estén en buenas condiciones, los supervivientes presentan esta lozanía, por ello).

En esto que le iba contando a mi amigo farmacéutico que acabo de cumplir once lustros.
- ¿Con este pelo?, no me lo creo.
- Yo tampoco, pero el carné de identidad no engaña....
- ¿Y te encuentras bien?.
- Pues sí.
- ¿Funciona correctamente el "sistema hidráulico"?, ya sabes...
- Los cacharritos de mear, si se oxidan, es por falta de uso, y no es el caso; oye, tengo muy presente ese dicho que reza: "espera a ver cuando no puedas...".
- A veces puede hacer falta una "ayudita".
- ¿Porno?. Me conozco todas las webs.
- No hombre, me refiero a una pastilla de esas azules.
- Quizá en un futuro......
- No creas, puede ir bien tenerlas a mano.
"No ves que cuando echara mano de ellas, llevarían años caducadas", hubiera sido una respuesta educada, pero le noto demasiado interesado como para pensar que el cabrón no reciba regalitos del laboratorio.
Y para zanjar la cuestión, le espeto:
- Mira si estaría contraindicado que yo tomase esa pastilla que, de hacerlo, igual me pongo a empujarte las almorranas hasta el cogote (y no me gustan los tíos).
¡Hala!.

2 comentarios:

panterablanca dijo...

Jajajajajajajajjajajaja!!! JAJAJAJAJAJAJAJAJA!!! Excelente contestación! Y enhorabuena por el pelo y el sistema hidráulico.
Besos felinos.

Novicia Dalila dijo...

Yo también tengo un pelo fuerte y sano, y viendo (y comparando) mi pelo con el de algunas de mi edad, veo que también he aprendido a lavarme bien la cabeza. Pero yo he sido autodidacta, porque mi madre era cocinera....

La viagra creo que es un gran invento, la verdad. De no exisitir, habría cantidad de hombres (y por ende, sus parejas) que tendrían que haberse acostumbrado, sin necesidad, a no terminar la faena)

Un beso, Toy.