jueves, abril 25, 2013

DIMITIR no es un nombre ruso

(Leído en el cada día más combativo blog de María Dubón).

Los de la secta del crucifijo se van a quedar con cuatro y el cabo, por su manía de infiltrar peones en el gobierno estatal (como si todavía estuviéramos en la dictadura).
En un estado aconfesional, pertenecer a una secta que, como los musulmanes radicales con el burka y demás, les obliga no solamente a oír misa diariamente, sino a emitir decretos-ley de espaldas a la mayoría de la población, debería ser motivo de expulsión promulgada por algún organismo supranacional.
Dimitir previamente sería lo correcto en estos casos; la incompatibilidad es descomunal....

2 comentarios:

D.F. dijo...

Por ahi ando yo..,.

belkis dijo...

jajaja, el título es buenísimo.
Y es clarito, clarito...a ver si les queda claro a aquellos que deben hacerlo, o sea, dimitir.