miércoles, abril 09, 2014

Señora de Rajoy

Le deseo muchos años de felicidad al lado de su cónyugue pues, si las cosas se torcieran, seguro que él no la dejaría ni manifestar sus intenciones de separación o divorcio.
Blandiría el libro de familia, el "lo que Dios una....", la factura del cura, yo que sé....; la amenazaría con que se la comerían los chinches, con que le iba a faltar un plato en la mesa la mitad de los días....
Me ha parecido oportuno advertirla, oído el discurso que su esposo pronunció ayer en las Cortes, respecto a otro asunto.

1 comentario:

Daniel F. dijo...

Pues a ver si empezamos a hablar de personas más que de instituciones, de individuos más que de territorios. Porque unos con la legalidad y otros con la supuesta independencia, se olvidan de las personas. Y no nos olvidemos, los derechos, los deberes son de las personas, no de los territorios. Que hablando de los territorios nos olvidamos de las personas.