Viviendas okupadas

Por este lado de mundo se está dando el caso de que grupos de jóvenes sin trabajo -y muchas veces sin estudios-, piden la finca a agricultores de inminente jubilación, tal vez con hijos "bien colocados" en la ciudad, para continuar su explotación. Así, las tierras no quedarán yermas, el payés aportará su experiencia a cambio de productos del huerto, e incluso puede que saque algún dinero si los nuevos usufructuarios -con los conocimientos de cultivo ecológico, o de nuevos canales de distribución descubiertos en la Red-, rentabilizan bien los cultivos.

Y no como ocurre en una casa cercana, de la que unos vagos se han apropiado indebidamente (*), privando a los dueños de cobrar su legítimo alquiler, al albañil de proceder a una rehabilitación de la que disponía de permiso municipal incluso, y a los nuevos inquilinos, temerosos de quedar sin techo en breve.

(*) Indebidamente no, según criterio del juez al que se fueron a denunciar la tropelía, pues advirtió que en caso de cortar algún suministro -agua, gas electricidad (a cargo de los propietarios)-, éstos podían ser denunciados a su vez por coacciones....
A lo que la parte denunciante, rozando el desacato, preguntó al juez: ¿QUÉ LE PARECERÍA SI TAMBIÉN ALQUILAMOS UNA LIMUSINA PARA LLEVAR DE PASEO A LOS OKUPAS?.

Luís Benavent nos relata un magistral desalojo.